lunes, 9 de enero de 2012

La bella amiga y la simple bestia



Había una habitación oscura en donde guardaba mis secretos. Había una puerta grande y pesada que permanecía siempre cerrada con cadena y candado imposible de abrir por extraños.  La gente rodeaba esa habitación, buscaban ventanas o alguna rendija que les permitiera ver el interior. Mientras por un pequeño agujerito en la pared les hablaba.  Muchos llegaban al agujerito y acercaban su ojo tratando de alcanzar a ver algo, y aunque entre frustrados y resignados por no encontrar el secreto, seguían día a día,  noche a noche recostados de la gran puerta o de la pared.  Les gustaba mi compañía dentro de esa inmensa oscuridad. Fui amiga, confidente, cómplice; fui apoyo en los problemas, fui psicóloga sin título y fui la ilusión amorosa de algún corazón solitario.  Un día decidí encender una vela; una lucecita que, aunque no descubría todo, dejaba ver algo de lo escondido.  

Más personas llegaron a la puerta.  Cada vez más en busca de amistad, alguien que los escuchara que, aún a través de una puerta como especie de oráculo, les sirviera de compañía y consejera.  Se conformaban con el destellito de la vela.  Lo poco que les revelaba esa lucecita les hacía sentir cómodos.  Seguía siendo amiga, confidente, cómplice, apoyo, psicóloga, ilusión.  Con el paso del tiempo no fue suficiente la vela, muchos pedían abriera la puerta.  ¡Queremos abrazarte! ¡Déjanos besarte! ¡Permítenos estrechar tu mano!

Pensé en todas las razones que había tenido para cerrar la puerta, para apagar toda luz.  Repetía en mi memoria evento tras evento que me empujaban a la oscuridad.  Súbitamente me inundó una sensación de confianza.  Tengo amigos, se merecen conocer mi gran secreto.  Sonreí, fui feliz. Corrí a la puerta.  Abrí el candado, quité la cadena, giré la perilla y encendí la luz.  Abrí los brazos para darles a todos y cada uno un gran abrazo y…

todos dieron la espalda y se alejaron.

Algunos titubearon, pero continuaron la marcha

A otros los vi correr



En la oscuridad fui la bella amiga y en la luz, una simple bestia.

domingo, 1 de enero de 2012

Prohibido olvidar


Se va otro año casi idéntico a todos los anteriores.  Cada año es para mí la misma historia.  Leo las resoluciones de mis conocidos  y no puedo dejar de burlarme de la hipocresía que se atreven a publicar.   Que si serán mas tolerantes, que si amarán más al prójimo, que si serán mejores personas... Sus definiciones de "mejor persona" es muy diferente a la mía o debe ser que yo definitivamente nunca entendí lo que significaba.
Año tras año soy rechazada por mis semejantes por ser atea;  me han gritado y amenazado con golpearme los que predican el amor al prójimo. Sí, por aquellos que llevan la biblia bajo el brazo, la pueden recitar de memoria casi a perfección y los que caminan de rodillas suplicantes por las paz mundial.  Estos que me han enseñado que el semejante, el prójimo no es otro más el que lleva las gríngolas de igual color que la de ellos.  
¡PROHIBIDO OLVIDAR!
 He sido perseguida y hostigada por los que creen que todos tienen que pensar como ellos, me han llamado pobre por expresar mis ideas con libertad y me han señalado como vendida por anteponer mi comodidad con honestidad.  Es en ocasiones risible cuando hay quien repite una y otra vez que no entiende cómo puede haber gente que no crea en dios o, con la energía de quien tiene la máxima autoridad centencia que esto o aquello es prueba de que dios existe.  También están los que a punta de palabra te llaman traidora por no rendirle culto a la tierra en que naciste y por no alabar, adorar o postrarme ante la diosa patria.  Cuando estás rodeada de desconocidos pasa como un error producido por la ignorancia, pero cuando tu filosofía es de pleno conocimiento esto no es más que un abierto y vulgar ataque hecho con la mayor maldad que solo un nivel inferior que el de mera ignorancia puede permitir.   Claro, entiendo totalmente que no se le puede pedir peras al olmo y es precisamente en estas situaciones que puedo demostrarle a la gente quién practica realmente la tolerancia (palabra que todos utilizan y que pocos verdaderamente conocen)  ¿Me pregunto si responderán con la misma sonrisa que yo respondo si me atrevo a decirles que su dios es un invento humano para explicar lo que en otras épocas fue inexplicable o si me atreviera a decir que mi patria está donde mi aire enfría, mi nevera está llena, la tv funciona, la Internet me entretiene y donde puedo ganar el dinero que me deje comprar todo lo que me dé la gana?... algún día espero que se den cuenta...  La religión y  el patriotismo de un buitre las dos alas.
¡PROHIBIDO OLVIDAR!
Por último, pero no menos hiriente, me han descalificado como mujer por no haber cumplido con mi "obligación humana" de ser madre. Vuelve mi tolerancia a ponerse a prueba ante la estupidez humana que, en este caso muy bien la va su forma femenina, pues son en su mayoría mujeres las que caen en este prejuicio.  ¡Si la gente se diera cuenta de las cosas que dice y escribe... !
¡PROHIBIDO OLVIDAR!
No todo está perdido, no todo es negativo.  A través de las conversaciones personales y en redes sociales puedes ir aprendiendo cosas que te servirán para toda la vida.   Una de esas cosas es una de las frases que más me gusta y que he adoptado como parte de mi vida.  "Prohibido olvidar" se repite muy a menudo.  "Prohibido olvidar" llamado imperativo de muchos.  ¡PROHIBIDO OLVIDAR!  ...no se preocupen...YO NUNCA OLVIDO!