martes, 15 de marzo de 2011

No puedo ser como quieren que sea


Muchas personas, tanto de mi realidad como del espacio cibernético, se quejan o comentan sobre mi personalidad.   Que si soy muy seria, enojona, amargada... en fin... que a muchas personas les parezco rarísima y hasta desagradable... les caigo mal.  Alguna vez en mi vida me preocupó mucho el cómo me veían los demás, lo que pensaban de mí; me preocupaba mucho ser aceptada por todos.  Cada vez que intentaba ser del agrado de la gente comenzaba a chocar con grandes muros.  Iba a lugares que no me gustaban, hacía cosas que me incomodaban, escuchaba cosas que no me interesaban, aceptaba tratos que detestaba.  Poco a poco, y a fuerza de golpes, aprendí que entre más me comportaba como los demás esperaban más infeliz era.   

Nunca puedes complacer a toda la gente.  El que es tu amigo deja de serlo si no lo acompañas a cuanto antro se le ocurra ir, el que piensa que eres "cool" deja de pensarlo si no te bebes hasta la gasolina que te ofrece.  La que piensa que eres una psicóloga deja de consultarte cuando se da cuenta de que te gustaría también ser escuchad@ y los que te llamaban con los "graciosos" epítetos de moda se olvidan de tu nombre cuando les dicías que esa palabrita no te gustaba.  Una gran mayoría piensa que ser amigos significa "déjame hacerte y decirte lo que quiera".


En la medida que le fui diciendo a "mis amigos" los sitios que no me gusta visitar, las cosas que no me gusta hacer, las bobadas que no me interesa escuchar y los nombrecitos que no estaba dispuesta a aceptar se fueron desapareciendo.  ¿Han visto como en un reloj de arena la parte superior se va quedando vacía según pasa el tiempo?  Así mismo me fui quedando sin amigos según me iba volviendo honesta conmigo misma.  Nadie o muy pocos aceptan a una persona que se rige por su propia filosofía, que se atreve a ser él o ella mism@, que es capaz de diferir de la gran mayoría o que pone el respeto por sí mismo por encima de cualquier amistad.  


He pasado horas, días, semanas y meses pensando en el porqué de mi soledad... ¿por qué se me hace tan difícil hacer amigos? o cuando los hago, ¿por qué se me hace tan difícil mantenerlos?  Siempre doy con la misma respuesta "No soy lo que ellos quieren que sea".   Yo soy yo.  Soy atea, el patriotismo es a condición de que esté cómoda, no bebo, no fumo, no bailo, no juego juegos electrónicos, no suelo ver las películas taquilleras, no me gusta la música comercial, no me visto a la moda, no permito que la gente me trate como le dé la gana, no bromeo con todo el mundo.  Bromear conmigo es un privilegio que le doy a unos pocos elegidos.  Todo esto (y otras cosas que no menciono para no alargar el asunto) sirve de repelente de amigos, pero no me arrepiento de nada. 

Y es que no puedo ser como quieren que sea. No puedo dejar de ser yo para ser aceptada.  Si bien es cierto que los amigos son importantes para toda persona, también es cierto que ser uno mismo es aún más importante, pues no se puede ser honesto con los demás si no empiezas por serlo contigo.  No puedes hacer a otros felices si no eres feliz contigo mismo.  La honestidad  es la clave de la felicidad y debería ser la clave de cualquier amistad verdadera. El que te ofrece amistad a cambio de que seas algo que no eres, ese no es tu amigo.  El que te llama amigo y a la vez te falta el respeto, ese no es tu amigo...


A aquellos poquitos que me gusta pensar que son mis amigos les digo, los quiero y los respeto con todo el corazón, pero jamás los voy a querer o respetar más de lo que lo hago conmigo misma. Ninguno de ustedes está por encima de mi ser, mi mente, mi orgullo, mi moral, mi dignidad...

Gracias a los que después de leer esto quieren seguir siendo mis amigos. 


Siempre disponible para cuando me necesiten;

SU AMIGA

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