¿Besarías a este payasito?
En el diccionario de la Real Academia Española se define la palabra prejuicio como “opinión, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal”. En nuestra sociedad, aunque es de práctica popular, es algo muy criticado y hasta condenado. Estamos plagados de campañas dirigidas a que las personas se deshagan del prejuicio uniéndolo además al llamado a la tolerancia. Se nos repite con ejemplos de la “vida real” lo errados que estamos al juzgar tal o cual situación, tal o cual persona; pero… ¿nuestros prejuicios siempre son equivocados? Como yo lo veo, los prejuicios están muy lejos de ser algo negativo, son más bien un mecanismo de auto defensa que tenemos los seres humanos.
¿Cuántas veces hemos visto a alguna persona que no conocemos, pero que tiene aspecto de peligrosa y, por consiguiente, hemos decidido evitarla a toda costa? Esto a todas luces es un acto de prejuicio. Sin embargo, ese acto de prejuzgar puede haber sido la diferencia entre la vida y la muerte. ¿Quién nos dice que estábamos equivocados? ¿Quién nos dice que estuvimos en lo correcto? Siempre se nos dice que no debemos juzgar a una persona por su apariencia, pero también es muy cierto que la primera impresión es muy importante. ¿Por qué tengo que darle la mano amistosamente a quien tiene cara de asesino en serie? ¿Quién me garantiza que no lo sea? Lo mismo ocurre con ciertos sectores. Es muy cierto que el bien y el mal duermen en el mismo vecindario, sin embargo no es menos cierto que en algunos vecindarios el mal está descaradamente activo. Si vas a un lugar y se ve descuidado, abandonado, sucio, ¿pensarías que estás en un buen lugar lleno de gente decente? Claro que no, lo más lógico es prejuzgar el lugar y ponernos alerta ante cualquier eventualidad o mejor aún, tomar la decisión de nunca visitarlo. Podríamos estar en un error, pero con las cosas como están en la sociedad ¿quién realmente quiere arriesgarse a averiguarlo?
El prejuicio por color de piel, por nacionalidad, por preferencia sexual o por creencias religiosas es un prejuicio estúpido y motivado por el miedo a lo desconocido; puesto que hay la misma cantidad de maldad dentro de esos grupos que llamamos “diferente” que fuera de ellos. No obstante, el prejuicio hacia lo que aparenta malo o peligroso no es otra cosa que un sistema de defensa que no deberíamos menospreciar los seres humanos. Si aprendemos a utilizarlo con conciencia y prudencia nos puede librar de situaciones negativas y hasta salvar nuestra vida.
Muy de acuerdo con la perspectiva que presentas acerca del prejuicio, como bien indicas el prejuicio basado en la raza,credo,situación social o nacionalidad se basa en la irracionalidad de poder comprender que todos somos diferentes.Si fuésemos iguales que aburrido seria el mundo no! y ciertamente ser pre-juiciados hacia ciertas cosas nos pueden ayudar,el asunto es usar el sentido común acerca de como utilizamos el prejuicio.
ResponderEliminarMuy bueno. No había considerado la separación entre ambos tipos de prejuicios.
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